Hacia tiempo que no lo miraba a los ojos y al hacerlo pudo observar que los años se le habían echado encima, alrededor de su boca las arrugas se le marcaban y juró que era la primera vez que las veía. La mirada seguía siendo triste y caída, reflejaba su vida, sus pensamientos, reflejaba las cosas que no había hecho y las que no haría.
Quizás se estaba perdiendo muchas cosas, quizás prefería no vivirlas, quizás prefería mirar a otro lado y así la realidad no le daría el golpe que tantas veces habia esquivado, pero que intuía que no podría seguir esquivando por más tiempo. Llega un momento en que o te enfrentas a la realidad o esta te come.
No puedo ser otra cosa que lo que soy. A estas alturas, no me queda más remedio que admitirlo. Igual que tú.
1 comentario:
El otro día me juraron que a veces, pero sólo a veces, la realidad no golpea tan fuerte. Supongo que será en esos días malos que todo el mundo tiene, se volverá débil y decidirá que no merece la pena.
Pues como todos.
Procura enfrentarte a ella en uno de esos días :)
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