No puedo ser otra cosa que lo que soy. A estas alturas, no me queda más remedio que admitirlo. Igual que tú.

Texto de Carmen Posadas:

Tengo una amiga que ha elaborado una teoría sobre las relaciones personales, según ella cometemos el error de intentar encontrar nuestra media naranja, cuando lo que debemos procurarnos es el mounstro de frankestein. Puede parecer absurdo pero la teoría tiene su punto:

Nos pasamos la vida buscando la persona perfecta, esa con la que compartir todas las parcelas de la vida ,sexo, aficiones, proyectos, que ademas sea nuestra mejor consejera y nuestro paño de lagrimas , desgraciadamente eso no existe o es difícil de encontrar,esto es lo que hay y mas vale no hacerse películas.

Para colmo resulta que la mayoría de nosotras /os sabe todo esto de sobra pero ahí es donde entra el engaño de Stendhal: Dice Stendhal que cuando uno se enamora, se produce el mismo fenómeno que cuando se arroja un tronco seco a una mina de sal. LA sal recama el tronco de bellísimos cristales que nos hacen ver como una joya lo que no es mas que una rama vieja. Pasado el enamoramiento se acaba la cristalización y volvemos a ver el tronco tal como es. En otras palabras la persona que amamos no tiene ni la mitad de las virtudes que le atribuimos y mas pronto que tarde empiezan a notarse sus carencias. A medida que crecemos seguimos enamorándonos pero ya sabemos que todo es una idealización, de modo que cada vez resulta mas difícil encontrar a alguien.

Entonces se hace necesario recurrir al doctor Frankestein: es decir procurarse una persona como pareja estable, otra con quien compartir inquietudes intelectuales, una tercera para las confidencias mas íntimas y si es preciso una cuarta para la cama. Ademas de esta forma lo que no te da uno te lo da otro, y desaparecen las neuras existenciales.

Evidentemente no comparto eso de tener amantes, pero resulta interesante la idea de no esperarlo todo de una sola persona.[...]

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