¿Es increíble, eh? Te pasas la vida con una persona y no tienes ni idea, ni de lo que piensa, ni de lo que hace, ni de lo que desea. Te sientas ahí, todos los días en la misma mesa a comer, o a cenar, o a ver la tele, o… pero ya no estás en ningún lugar. ¿Tú sabes por qué?
Sí. Porque ya no te importa o porque ya no le importas. Un buen día dejas de tocarte, ya no te tocas ni con las manos ni con las palabras.
No puedo ser otra cosa que lo que soy. A estas alturas, no me queda más remedio que admitirlo. Igual que tú.
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